LA AVARICIA EN LOS NEGOCIOS
- LN. SARA MARÍN
- 19 sept 2019
- 4 Min. de lectura

Te has preguntado por qué tu negocio fracasa o por qué no progresa, por qué estas bien una temporada y la siguiente no? Hoy vamos a dejar de lado los factores comunes que los mercadólogos analizan, de lado la visión de los contadores, administradores y financieros y todo ese entorno que crees que repercute en el crecimiento de tu negocio, porque hay que ser honestos y claro que afecta y claro que impacta, sin embargo quiero que analices lo siguiente que voy a describir. Muchos de tus triunfos y alcances como empresa, negocio o lo que sea que hayas emprendido, tienen que ver contigo y el desempeño de tus empleados, así es y eso claro que ya lo sabes. Es muy común que la mesa directiva o los socios pasean cualidades diferentes pero complementarias, habitualmente esta la parte humanitaria y más sensible, la parte avara y ambiciosa y generalmente desinteresada, el que pone la idea de negocio puede estar dentro de las visiones de uno o de otro socio. De inicio todo marcha bien, aparentemente, de pronto el acuerdo entre socios es mutuo y se cierra el negocio; la siguiente parada es el contratar al personal que estará operando y para esto claro que hay que buscar y elegir a los mejores candidatos, los más habilidosos, con más trayectoria y que tengan nuevas propuestas de negocio que sumen, gente que posea conocimientos amplios, es decir, alguien polifacético, posteriormente viene el entrenamiento o la capacitación para que una vez listo el equipo se comience a operar, los procesos comienzan a ser robotizados y se hace solo lo que se espera de resultado, se actualiza más por el alcanzar el fin y se descuida el medio o el proceso, se pierden horizontes, se pierde el equilibro, así de a poco se envenena el ambiente, sin embargo recordemos que hay dos tipos de directores o jefes, de acuerdo a cual te haya tocado, o quien sea tu jefe inmediato será de él, de quien recibirás la mayoría de las instituciones y te comenzará a robotizar con procesos cuadrados perfectos o no tan inflexibles, si tienes suerte, entonces el clima laboral se tornara tenso, comenzarás a tener favoritismo y ellos también, comenzarás a frustarte y a hablar entre compañeros sobre el mal genio de tal jefe y el trato del otro, sin embargo esto tus superiores lo desconocen por completo, los logros los han cegado y no les permiten ver la realidad de las cosas (esto generalmente no pasa en aquel que ha sido más consciente y humanitario), no les toca a ellos operar directamente el negocio, por lo que obviamente desconocen los enfrentamientos diarios que se llevan a cabo con los clientes o usuarios, ellos solo quieren resultados y metas alcanzadas, el clima se vuelve hostigante para ti como empleado, pues no soportas más el estrés y la inflexibilidad del trato que se te otorga y esto sopo lo verá aquel que tiene valores más hacia lo sencillo y lo sensible, el que es interesado y que generalmente es el más productivo, difícilmente podrá identificarlo.
¿A qué voy con todo esto? Justamente en que el problema radica ahí, el problema no es el entorno, no son las temporadas altas o bajas, no es la competencia o el mercado, el problema no es la economía, el problema está ahí y no te das cuenta, el problema está en el circulo de socios con los que compartes mesa directiva, el problema está en el círculo de empleados que te operan, pero tú, cegado entre gente, cliente o usuarios, cegado por el millón que perdiste, cegado por llevar de una manera correcta la administración, cegado por los gastos que hay que cubrir, por el pago de la nómina y demás, has descuidado una parte fundamental que es un factor determinante en el éxito de tu negocio, intentas solucionar cosas que no están averiadas, intentas arreglar detalles que no han sido el factor detonante pero te aferras a querer buscar el problema ahí, en donde no está y pronto te llenas de estrés y comienzas a ir contra tu personal, exigiendo más y mejor desempeño, tu personal se cansa de esto, pronto se da cuenta que el ambiente cada vez se torna más odioso y que sumado a ello, solo llegas a reclamar y exigir, tu personal se harta y se va, dejándote con la carga nuevamente, abandonado y no listo para comenzar de cero pero sin otra alternativa, entonces sucede lo mismo, tres meses con una platilla que se renueva y se renueva prácticamente cada trimestre, tus clientes o usuarios no notan, algunos no comentan nada, pero la mayoría están disgustados y tú sigues sin entender el motivo, porque realmente no te has dado ni cuenta. El éxito o fracaso de tu negocio, te reitero, además de depender de él entorno, depende de este factor que acabo de describir. Cuando la avaricia te abraza, cuando has perdido el piso, cuando no ves clientes ni usuarios, sino posibilidades en números, cuando dejas de ver al otro con compasión y consideración, cuando a pesar de la situación solo esperas a que llegue su momento de debilidad para aprovecharte de ella, cuando te lavas las manos y asumes que esa persona está ahí porque así lo eligió y permites que eso te empodere todavía más,
es ahí donde ya estás acabando con tu negocio y eso es solo uno de los factores detonantes, un día llegas y compartes esa ideología con tus empleados y esa es una de las maneras más efectivas de contaminar el ambiente, implementas en tu personal no solo el hecho de entusiasmarse por generar, más bien lo disfrazas diciendo que es un ganar-ganar, de esta manera solo exiges sin aportar soluciones y desgastas a tu personal y si no alcanzan tus metas, mejor para ti; tu personal analiza la situación y máquina una serie de pensamientos igual de obsesivos como los tuyos, y el resultado tan esperado que anhelas ver reflejado, es todo lo contrario , en picada hacia el fracaso y el desenlace es así: Hay competencia entre tu personal, hay disgustos, hipocresía y una falsa amistad. Hay rivalidad y una relación interna llena de interés, sólo se percibe oportunismo. Maravilloso monstruo y fábrica de monstruos que acabas de procrear.
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